Los acúfenos, también conocidos como "ruidos en la cabeza”, "zumbidos" o "tinnitus", son la sensación de oír un sonido sin que haya una fuente externa real que los produzca.
Se manifiestan como sonidos o ruidos de tipo muy diverso (silbido, campanilleo, susurro, zumbido, chirrido, etc.), y pueden percibirse de manera continuada o interrumpida, en mayor o menor volumen.
En España la prevalencia de esta enfermedad se aproxima al 10% de la población, y hasta un 20% de estos pacientes constatan que los acúfenos merman su calidad de vida.
En general, las mujeres lo padecen con mayor frecuencia que los hombres. La incidencia de los acúfenos aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 40 años, aunque cada vez se da en edades más tempranas.
Esto es debido fundamentalmente a los efectos nocivos producidos tras la exposición del sistema auditivo a ruidos intensos como, por ejemplo, escuchar música a gran volumen, y especialmente por el uso de auriculares.
¿Cómo se producen?
Estrictamente hablando, los acúfenos no son una enfermedad en sí mismos, sino un síntoma que puede alertar de la presencia de diversos problemas en los oídos.
Existen múltiples causas que pueden desencadenar la aparición de los acúfenos, como una infección, un tapón de cera, las perforaciones del tímpano, un aneurisma, alergias, hipertensión arterial, diabetes, depresión, hipertiroidismo, un tumor en el nervio acústico o una lesión en las cervicales o en la mandíbula.
También existen algunas sustancias que pueden originar acúfenos, como el alcohol, los metales pesados o el monóxido de carbono, o bien fármacos como la aspirina, los antibióticos aminoglicósidos o los derivados de la quinina.
Igualmente, es habitual que los acúfenos aparezcan tras haberse expuesto a ruidos de elevada intensidad y que duren unos minutos.
¿Qué consecuencias tienen los acúfenos?
Cuando éstos son de baja intensidad, pueden no afectar a la vida diaria de la persona, y que sólo los perciban durante la noche cuando estén en silencio. No obstante, cuando la intensidad del acúfeno aumenta, éste puede llegar a impedir el sueño, alterar la concentración y modificar el carácter de la persona.
En los casos crónicos, muchos de los afectados los perciben como algo amenazante y muy abrumador. Los acúfenos pueden incluso llegar a provocar graves alteraciones psíquicas, como estrés, depresión, trastornos de sueño o ansiedad.
Recomendaciones generales
- Incrementar la ingesta de frutas y verduras e intentar controlar la ingesta de sal para minimizar la retención generalizada de líquidos.
- Incluir en la dieta alimentos que contengan magnesio y potasio, ya que mejoran la circulación y disminuyen los ruidos molestos. Fuentes ricas en estos nutrientes son las manzanas, plátanos, patatas, verduras con hojas y albaricoques.
- Evitar las grasas saturadas, productos lácteos enteros, la carne roja y la manteca vegetal, ya que limitan la circulación sanguínea mediante la constricción de las arterias.
- Además, el azúcar refinado puede amplificar los acúfenos, ya que estimula la liberación de adrenalina y por lo tanto, comprime las arterias pequeñas en el interior del oído.
- Evitar el consumo de café y alcohol. En algunas personas, el eliminar la cafeína y el alcohol puede aliviar la frecuencia y la intensidad de los ataques.
- Practicar ejercicio para activar la circulación sanguínea.
- Evitar la introducción del dedo, de un objeto puntiagudo o de bastoncillos de algodón, ya que puede causar infecciones o heridas.
- Practicar técnicas de relajación si el zumbido tiene origen en el estrés.
- Evitar la introducción de líquidos en el conducto auditivo si se sospecha de perforación timpánica.
- Dormir con la cabeza levantada, en una posición algo elevada.
- Si los acúfenos solamente se perciben durante la noche, se pueden intentar enmascarar con una música a bajo volumen o con un humidificador.
- Acudir a un especialista cuando el tinnitus o acúfeno es persistente o recurrente para averiguar la causa que los produce y tratarlos de manera específica.
Tratamiento
No existe un tratamiento único y específico para los acúfenos pero en algunos casos se pueden tratar de forma satisfactoria. Entre los fármacos que se utilizan dependiendo del tipo de acúfeno destacan: los vasodilatadores, antiepilépticos, anestésicos locales, antiarrítmicos, benzodizepinas y antidepresivos.
Además existen una serie de nutrientes y plantas medicinales que son especialmente relevantes en la salud auditiva.
Complementos alimenticios
El tinnitus puede ser un signo de mala circulación. En estos casos los complementos de ginkgo han demostrado ser de utilidad, ya que esta planta mejora la microcirculación y con ello mejora la circulación cerebral.
Una deficiencia de zinc y vitaminas del grupo B (especialmente la B12) puede aumentar los acúfenos. Por consiguiente, los suplementos a base de estos nutrientes pueden ayudar.
Otros especialistas recomiendan los suplementos de magnesio, ya que ayudan a mejorar la función auditiva. Se cree que el magnesio protege los nervios del oído interno ya que actúa como inhibidor del glutamato. El exceso de glutamato puede contribuir a la aparición de acúfenos.
Los ácidos grasos Omega 3 y 6 ejercen propiedades anti-inflamatorias y mejoran la circulación sanguínea.
La coenzima Q10, un potente antioxidante, mejora la circulación sanguínea en el aparato auditivo, abastece de energía a las células del aparato auditivo y protege las células contra el daño de los radicales libres.
La planta kuzdu, contiene flavonoides, ácido glutámico y otras sustancias que ejercen un efecto calmante y reducen la probabilidad de sufrir acúfenos en los oídos.
A veces, los acúfenos están muy relacionados con la ansiedad y el estrés. En estos casos son importantes plantas medicinales relajantes como la valeriana, pasiflora, lúpulo y avena. Igualmente, la melatonina parece mejorar los acúfenos, posiblemente mejorando el sueño.
Se recomienda además una buena limpieza hepática a base de cardo mariano, alcachofera o rábano negro. Un hígado estancado o colapsado puede provocar cefaleas, acúfenos y vértigos.
Nota: Artículo extraído de la revista Bienestar Natural