A continuación algunos consejos que nos ayudarán a mantener una buena salud hepática:
- La ansiedad y el estrés afectan mucho al hígado. Mantener un estado de tranquilidad dado que la agresividad, tanto exteriorizada (cólera) como interiorizada (ira) lo dañan, obligándole a alterar sus funciones.
- La alimentación puede ser fundamental cuando el hígado no trabaja bien. Los excesos en la dieta lo dañan, obligándole a una sobrecarga de trabajo que puede alterar su ritmo o su eficacia. Para favorecer su funcionamiento hay que habituarse a una dieta saludable donde predominen las frutas y las verduras frescas.
- El consumo de chocolate con un hígado que tiene dificultades de trabajo, puede ser el detonante de múltiples afecciones, ya que le conduce a un estado de sobreactividad que daña su armonía.
- El consumo de azúcar debe ser controlado, porque sobrecarga al trabajo hepático, conduciéndole a un estado de lentitud que le impide cumplir bien sus funciones.
- Hacer ejercicio es primordial para el hígado, pues le ayuda en su trabajo "desestresándole” y permitiendo que el organismo suelte la tensión acumulada. El ejercicio debe ser moderado y adaptado a la persona, por lo que hay que huir de los esfuerzos violentos o continuados que le dañan. En una palabra huir del sedentarismo pero también de la "droga” del ejercicio (de esto último, por desgracia, hay un exceso que no es bien entendido por las personas.)
- El mejor auxiliar del hígado es la respiración profunda, que le proporciona un masaje interno que le ayuda sobremanera, al hacerle soltar las toxinas acumuladas y recibir sangre limpia. Aprender a respirar es la base de la salud.
- Consumir con moderación toda clase de bebidas alcohólicas, si existiera algún tipo de patología hepática evitar por completo.
- Mantener un peso adecuado evitando el sobrepeso y la obesidad, ponerse en manos de un nutricionista ayudará a conseguir dicho objetivo.
- Atención al consumo excesivo de medicación que puede originar toxicidad hepática.
- Existen una serie de plantas muy recomendables para la salud del hígado, entre ellas destacamos el diente de león, cardo mariano, alcachofa, manzanilla, rábano negro y boldo (ésta última tomar con moderación y por poco tiempo).
Para finalizar, debemos tener en cuenta algunos síntomas que pueden hacernos sospechar que hay una mala función hepática, como mareos y sensación de asco, digestiones pesadas y estreñimiento latente (se expulsan los desechos de 3 o 4 días antes), sinusitis, rinitis, alteraciones visuales, cólico por piedras, cansancio por la mañana, heces blanquecinas o flotantes, dolor de espalda entre la 4ª y 5ª dorsal y sus reflejos a la altura de la 8ª y 9ª dorsales, molestias del redondo mayor, sensación de inestabilidad, vértigo o mareos, periartritis de hombro derecho, cefaleas tensionales, etc.