La falta de sueño es uno de los principales enemigos de la salud y la belleza, y al mismo tiempo uno de los aliados del estrés.
Durante el año, los problemas, los horarios ajustados y nuestra propia ansiedad nos quitan a menudo el sueño.
Uno de los mejores regalos que no podemos hacerle a nuestro organismo durante las vacaciones es recuperar unos hábitos de sueño (entre 7 y 9 horas) que le permitan descansar, recuperarse y cargarse de energía.
Además de ser un gran placer dormir bien tiene efectos muy positivos en nuestro organismo. Estos son los seis que los especialistas consideran más beneficiosos:
Refuerza el sistema inmunitario
Nuestro sistema inmunitario emplea tiempo de sueño para regenerarse, lo que le permite luchar con eficacia contra las toxinas y los gérmenes que de forma continua nos amenazan. Con un sistema inmunitario débil tenemos muchas menos posibilidades de superar con éxito las infecciones.
Mejora la memoria
Dormir fortalece las conexiones neuronales. Durante la fase REM del sueño, el hipocampo, el almacén de nuestra memoria, se restaura, transformando la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo.
Reduce el estrés
Cuando dormimos, el cuerpo se relaja y eso facilita la producción de melanina y serotonina. Estas hormonas contrarrestan los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) y nos ayudan a ser más felices y emocionalmente más fuertes.
La falta de sueño provoca, por el contrario, una liberación aumentada y sostenida de las hormonas del estrés.
Incrementa la creatividad
Cuando el cerebro está descansado y la producción de hormonas está equilibrada, la memoria funciona a la perfección. Eso hace que la imaginación sea más potente y nosotros, más creativos.
Ayuda a perder peso
La falta de sueño hace que los adipocitos (células grasas) liberen menos leptina, la hormona supresora del apetito. El insomnio provoca, además, que el estómago libere más grelina (la hormona del apetito). Ambas acciones hacen que dormir poco se asocie a la obesidad.
Embellece
Puede que dicho así suene un poco categórico, pero no hay mejor tratamiento de belleza que el sueño.
Cuando descansamos el cuerpo elimina toxinas e impurezas de manera natural.
Dormir sirve de reparador natural de la piel y, durante el sueño, se liberan hormonas encargadas de reconstruir las células cutáneas.
Además mientras dormimos se incrementa la oxigenación celular, lo que repercute en el estado de la piel, que luce más luminosa y saludable.
Dormir correctamente relaja los músculos, propiciando la circulación de la sangre. Esta actividad facilita el suministro de nutrientes a las células de la piel, haciendo que tenga un aspecto más saludable y evitando la retención de líquidos y la aparición de celulitis.
Dormir sirve además para descansar la vista, lo que evita tener bolsas u ojeras. El sueño también repercute en el cabello: durante la noche, se estimulan las hormonas del crecimiento, lo que impulsa la aparición de nuevos cabellos.