PROPIEDADES DE LOS CRISTALES
Ágata: Aleja el miedo, protege de enfermedades y es niveladora del sistema circulatorio. Excelente para evadir obstáculos. Propicia una alta espiritualidad.
Promueve la autoestima. Obsequia prosperidad y larga vida. Calman, relajan y equilibran el funcionamiento nervioso.
Restablecen la temperatura normal, absorbiendo el calor excesivo (fiebre). Excelentes auxiliadores para contrarrestar dolores físicos. Refuerzan el sistema inmunológico y combaten las alergias. Ayudan contra la diabetes.
Aguamarina: Positiva contra las infecciones, quemaduras, dolor de cabeza y espasmos. Piedra de toque sereno, relajante y purificador.
Amatista: Aumenta la inteligencia, preservando de las enfermedades contagiosas y la gota. Es adecuada para los sistemas endocrino y nervioso.
Ayuda a la diabetes y fortalece los glóbulos rojos. Purifica y armoniza el ambiente en que se vive o trabaja. Las neuralgias y dolores de cabeza se pasan frotando la piedra en el lugar afectado.
Ámbar: Su energía es muy curativa y ayuda a los niños contra dolores dentales, también se usa para los cólicos hepáticos, sordera, problemas del aparato digestivo, bazo, pulmón y columna vertebral.
Azurita: Ayuda a relajar las tensiones emocionales y nerviosas. Es admirable en personas con estrés alto.
Berilo: Es benéfico especialmente para las enfermedades asmáticas o de angustia.
Cornalina: Estimula la curación de fiebres y epilepsia. Activa la disolución de cálculos renales y la recuperación de enfermedades mentales y estados melancólicos.
Calcita: Muy buena para tratar los trastornos nerviosos, así como las debilidades del sistema inmunológico.
Coral: Estimula la corriente sanguínea, en articulaciones endurecidas y dolor en los huesos.
Crisocola: Ayuda en asuntos del sistema circulatorio, contrarresta calcificaciones, dureza en los huesos, artritis, alivia los males de úlceras y digestivos.
Cuarzos:
- Citrino: Excelente para el sistema nervioso y digestivo. Ayuda a combatir la diabetes. Actúa positivamente en males que atacan al hígado, colon y vesícula biliar.
- Nevado: Refuerza el sistema inmunológico. Bloquea la depresión, alivia el estrés y la angustia.
- Rosado: Previene trastornos cardíacos y renales. Elimina tensiones y equilibra problemas de neurosis. Ejerce un efecto sedante.
- Rutilado: Ayuda al cuerpo a asimilar nutrientes, fortifica el sistema inmunológico, previene la depresión y retarda el envejecimiento. Alivia el miedo y el estrés.
- Verde: Excelente para equilibrar el sistema nervioso, así como también el sanguíneo. Ayuda en diversas alteraciones circulatorias y endocrinas.
Esmeralda: Ayuda en trastornos cardíacos, presión arterial, neuralgias y asma.
Fluorita: Trabaja con éxito en cuadros cerebrales como delirio de persecución, irritabilidades, neurosis, epilepsia y mal de Parkinson.
Granate: Se usa para curar enfermedades del riñón y epilepsia, así como infecciones contagiosas.
Jaspe: Es muy buena para trastornos estomacales y afecciones hepáticas.
Lapislázuli: Ayuda en problemas de tiroides, pulmones y bazo.
Malaquita: Calma los dolores físicos, especialmente los que afectan al bazo y al páncreas.
Ojo de tigre: Reduce la ansiedad. Es útil en problemas sanguíneos y viscerales.
Olivino: Ayuda en los casos digestivos, ulcerosos o inflamaciones intestinales.
Ónix u ónice: Disipa el malhumor y da tranquilidad, calma el nerviosismo y relaja las tensiones.
Pirita: Oxigena la sangre y ayuda en los trastornos circulatorios y en indigestiones.
Rodocrosita: Activante del sistema circulatorio.
Topacio: Actúa en el sistema circulatorio e hígado. Útil para levantar el ánimo a personas cansadas y agotadas, física y mentalmente.
Turquesa: Estimula la regeneración de tejidos dañados actuando de manera general para mejorar cualquier tipo de dolencia.
Está indicada en las enfermedades circulatorias y las varices. Cuando tiene inclusiones de cobre sirve especialmente para afecciones del sistema respiratorio y pulmonar.