La yemoterapia es la parte de la fitoterapia que utiliza tejidos vegetales embrionarios en crecimiento, como los brotes tiernos, las yemas frescas o las raicillas, que se preparan en un mezcla de agua, alcohol y glicerina para obtener un extracto que se denomina "macerado glicerinado".
A diferencia de los animales, las plantes son organismos de crecimiento indefinido. Mantienen su capacidad de dividirse a través de la embriogénesis continua.
Este proceso se cumple en tejidos específicos, llamados meristemos, que son tejidos embrionarios vegetales (brotes, capullos, tallos jóvenes, yemas, linfa, raíces jóvenes, semillas, corteza de ramas jóvenes, cascara interna).
Fue el médico belga Pol Henry, hacia los años 70, el primero en plantear la hipótesis de que el meristemo debía contener toda energía vital para el desarrollo de los árboles y quien desarrolló un nuevo enfoque terapéutico mediante estudios de los efectos de los extractos de las yemas.
A esta nueva variante de la fitoterapia se la denominó fitoembrioterapia que actualmente se denomina yemoterapia o gemoterapia y se encuentra en pleno desarrollo.