Dos de sus componentes, el cineol y el eugenol, son los que le otorgan al laurel su propiedad principal: facilitar las digestiones, así como prevenir la acidez y reducir los gases presentes en el conducto digestivo y que tantas molestias ocasionan.
Estos mismos principios activos también tienen la propiedad de mejorar y estimular el apetito por lo que, en ciertos tratamientos de fitoterapia destinados a personas que necesitan ganar peso, se recomiendan las infusiones de laurel antes de las comidas principales.
Además de esto, el laurel tiene efectos bactericidas, antisépticos, expectorantes y antiinflamatorios por lo que está recomendado para las afecciones del aparato respiratorio como, por ejemplo, gripe, faringitis o bronquitis.
Esta planta también es beneficiosa para los riñones porque es diurética y sudorífera –favorece la eliminación de líquidos– por lo que es frecuente su uso en dietas de adelgazamiento.
Pero además, a través de dicha eliminación de líquidos no sólo eliminamos toxinas sino que reducimos la presencia en nuestro organismo de ácido úrico, por lo que el laurel resulta beneficioso para aquellas personas con problemas circulatorios, o bien para las que padecen gota o enfermedades hepáticas.
También puede usarse de forma tópica para regenerar la epidermis o para tratar ciertas afecciones de la piel causadas por hongos, así como para contusiones, quemaduras, úlceras, abscesos o acné.
Otras aplicaciones del laurel
A parte de las ya comentadas, el laurel puede ser usado con otros fines, como por ejemplo:
- Regulación del flujo menstrual, tanto para los flujos muy abundantes como para los reducidos.
- Como estimulante, se emplea en aquellos casos de fatiga y en los que es necesario reactivar el tono muscular.
- Alivio de las infecciones bucales.
- Reducción del estrés y la ansiedad.
- Antirreumático y beneficioso en casos de arteriosclerosis.
Consumo y preparación del laurel
La forma más habitual de tomar el laurel es en infusión. Ésta puede realizarse poniendo sus hojas en agua fría y llevándola a ebullición, o bien sumergiendo dichas hojas en agua hirviendo. En cualquiera de los dos casos, hay que dejar reposar la infusión al menos diez minutos y, posteriormente, colarla antes de ingerirla.
Para elaborar el té de laurel se emplea un litro de agua y aproximadamente 20 o 30 gramos de hojas, siendo las más recomendadas aquellas que están más maduras y frescas, ya que las propiedades y principios activos del laurel suelen reducirse en el caso de las hojas secas.
Respecto a la dosis, puede tomarse hasta un máximo de cuatro veces al día, aunque en este caso siempre se deben seguir las recomendaciones de un experto que adecuará la cantidad apropiada a las necesidades del paciente.
En el caso de las cremas y geles a base de laurel y destinados al uso tópico, se pueden encontrar en tiendas especializadas o bien realizar cataplasmas caseras macerando los frutos de esta planta y extrayendo el aceite esencial que contienen para, posteriormente, aplicarlo sobre la zona afectada.
Contraindicaciones del laurel
En el caso del laurel, al igual que ocurre con otras plantas empleadas en fitoterapia, siempre hay que consultar previamente con un experto la dosis y periodicidad con la que debe tomarse debido a sus posibles contraindicaciones y efectos adversos.
Concretamente, en el caso de esta planta, si se consume en exceso puede provocar vómitos y náuseas. Por tanto, se desaconseja totalmente su ingesta en el caso de aquellas personas que padecen úlceras o gastritis.
Respecto a su uso tópico, puede producir dermatitis de contacto y reacciones alérgicas asociadas a la exposición solar de la zona en la que se haya aplicado algún gel o aceite preparado a base de laurel.
El laurel en la cocina y la cosmética
La presencia del laurel en la cocina, sobre todo en la dieta mediterránea, es muy frecuente. Ello se debe sin duda a su capacidad para aliviar las digestiones pesadas a través de la activación de los movimientos peristálticos.
Puede emplearse la hoja entera o bien machacada y espolvoreada sobre la comida. Además de aromatizar y dar sabor, sobre todo se utiliza en aquellos platos de difícil digestión como los guisos ricos en grasas, con alto contenido calórico o en los que están presentes las legumbres.
Por otro lado, el laurel es una planta de olor inconfundible, por lo que debido a su aroma fresco suele emplearse en la elaboración de productos cosméticos, pero no es la única razón. Podemos encontrar laurel, por ejemplo, en champús y otros productos que están destinados a la regeneración del cuero cabelludo, ya que ayuda a retrasar la alopecia, además de reducir la caspa.
Y por último, el laurel también se emplea en tratamientos veterinarios, ya que es bastante eficaz a la hora de eliminar los parásitos de los animales.