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Naturopatia y Bienestar - Centro de Naturopatía, Osteopatía y Fitoterapia Biológica
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Lavanda, propiedades y beneficios

Mayo de 2015


Desde la antigüedad, se ha utilizado la lavanda como relajante. Dicha propiedad hace que se recurra a ella cuando no se puede conciliar el sueño. En este sentido, por ejemplo, se recomienda poner un saquito con lavanda debajo de las sábanas, ya que están demostrados los efectos calmantes que produce su olor.

Además del insomnio, es altamente eficaz a la hora de reducir los estados de ansiedad y nerviosismo, disminuye la tensión arterial, ayuda a evitar el mareo en los viajes y facilita las digestiones cuando éstas se ven alteradas a causa de los nervios. Bastaría con tomar una infusión de lavanda o combinarla con otras plantas relajantes tales como la tila, la melisa o la amapola.

Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, otro de sus principales usos es como calmante del dolor.

Por lo general, su aplicación es externa y para la elaboración de los productos se emplea el aceite esencial de lavanda, el cual se extrae tras la destilación de las flores.

Entre las dolencias para las que se emplea se encuentran:
  • Tortícolis.
  • Dolor de cabeza y migrañas.
  • Dolores reumáticos y de lumbares.
  • Dolor de pies.
Los alcoholes terpénicos, así como los taninos de su composición, son la base de las propiedades antisépticas y astringentes de la lavanda. De ahí su uso en numerosas cremas y geles para tratar diferentes afecciones relacionadas con la piel y el cuero cabelludo. Entre ellas:
  • Picaduras y quemaduras.
  • Psoriasis, eccemas o sarna.
  • Heridas, cortes y moretones.
  • Previene y evita la caída del cabello.
  • Por último, esta planta tiene una alta capacidad antivírica y antibacteriana. En casos de faringitis, laringitis y de inflamación de anginas se recomiendan los gargarismos con lavanda. Y para enfermedades que cursan con problemas respiratorios –tales como la gripe, la bronquitis y los resfriados– se aconseja tomar una infusión de lavanda muy caliente y endulzada con miel.
Contraindicaciones del consumo de lavanda
La dosis recomendada de aceite esencial de lavanda es de dos a cuatro gotas diluidas en agua y su aplicación puede realizarse de dos a tres veces diarias. Si se supera esta cantidad, la lavanda puede tener efectos tóxicos y nocivos como, por ejemplo:
  • Aumento del ritmo cardíaco.
  • Problemas gastrointestinales, náuseas y vómitos.
  • Dolores de cabeza.
  • Alucinaciones.
En algunas personas puede producir dermatitis de contacto o eccemas, por lo que se recomienda realizar de manera previa a su aplicación un test de prueba para determinar el grado de tolerancia.

Su uso no está recomendado durante el embarazo y la lactancia, ya que puede resultar abortivo. De hecho, tampoco es aconsejable aplicar el aceite esencial de lavanda en niños de corta edad.

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