El principal uso de la camomila o manzanilla está relacionado con los diferentes trastornos digestivos, debido a que se trata de una planta protectora y reparadora de la membrana gástrica.
Por tanto, está recomendada en casos de indigestión, náuseas y vómitos, para los gases, la enfermedad de Crohn, para el colon o para situaciones de pérdida del apetito.
La manzanilla también resulta eficaz a la hora de tratar problemas relacionados con las mucosas tales como la sinusitis, para dolores de las articulaciones –como el reúma– o para aliviar las menstruaciones dolorosas.
Por su composición, la manzanilla se emplea en caso de enfermedades relacionadas con el hígado y se recomienda ingerirla como protector de este órgano, ya que ayuda a prevenir las posibles enfermedades asociadas a él.
Es un diurético suave, ayuda a prevenir el colesterol y la arteriosclerosis. También está recomendada en casos de insomnio, ansiedad o depresión.
Otro uso menos conocido de la manzanilla es el relacionado con la inflamación de las encías, la gingivitis y la enfermedad periodontal. En todos ellos, la ingesta de manzanilla alivia los síntomas de dichas patologías.
Otras aplicaciones de la manzanilla
Debido a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias, la manzanilla también puede aplicarse sobre la piel para tratar, entre otros:
- Eczemas.
- Dermatitis del pañal.
- Hemorroides.
- Escaras.
- Dolor de encías.
- Quemaduras.
Estas propiedades beneficiosas de la manzanilla se obtienen cuando se aplica a través de geles y ungüentos compuestos a base de camomila.
De igual forma, los baños de vapor o las inhalaciones son de gran ayuda para aliviar la inflamación de los senos nasales.
En los casos de reúma y artrosis también pueden realizarse masajes en la zona afectada con un preparado casero realizado a base de plantas de manzanilla romana y de aceite de oliva.
Al ser una planta rica en mucílagos –fibras solubles–, se utiliza en la preparación de productos destinados a curar cortes, heridas, granos de acné, orzuelos o la dermatitis. También puede aplicarse humedeciendo compresas o gasas en una infusión de manzanilla y dejando sobre la zona afectada durante unos 15 minutos.
Otro uso muy extendido de la manzanilla es en la elaboración de champús, tanto para aliviar picores y descamación como en los tintes, ya que tradicionalmente se ha empleado para conseguir colores dorados en el pelo rubio o para aportarle más brillo.