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Naturopatia y Bienestar - Centro de Naturopatía, Osteopatía y Fitoterapia Biológica
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Problemas intestinales

Marzo de 2015


En los últimos años se ha observado en los países occidentales un aumento dramático de las enfermedades inflamatorias del intestino, tales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Si bien estas enfermedades crónicas antes eran poco frecuentes y se diagnosticaban en pacientes de entre 20 y 30 años de edad, ahora las padecen a menudo los niños pequeños. También se puede producir después de los 60 años, pero con mucha menor incidencia.

Aunque se ha investigado muchísimo, hasta el día de hoy no se sabe por qué estas enfermedades se diagnostican cada día más. Curiosamente, los habitantes de las ciudades y los grandes centros urbanos enferman con más frecuencia de lo que lo hacían antes, mientras que en las zonas rurales la frecuencia se mantiene sin cambios. Se estima que el 2% de la población está afectada por estas enfermedades.

Pero lo importante no es cuántas personas sufren de una enfermedad inflamatoria intestinal, sino que para cada una de ellas esta situación puede resultar muy estresante.

Los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal padecen diarrea violenta, lo que les obliga a ir urgentemente al lavabo más de veinte veces al día. Esto es extremadamente molesto durante el día, en el trabajo, cuando se está en el coche o en el transporte público. El sueño también se ve interrumpido por las noches debido a las ganas de evacuar. Estos episodios se acompañan de dolor abdominal severo, hinchazón y calambres.

Parcialmente, algunos afectados padecen simultáneamente náuseas y vómitos; a veces la diarrea incluso con sangre. Debido a que el paso intestinal es tan rápido, la mucosa intestinal no tiene el tiempo suficiente para absorber los nutrientes.

Los enfermos disminuyen de peso corporal y también están desnutridos. Esto es fácil de detectar en la sangre: tienen muy poco hierro, vitaminas y oligoelementos, provocándoles cansancio y apatía.

En algunas ocasiones, se inflaman al mismo tiempo la piel y otros órganos del cuerpo como los ojos y la vesícula biliar, y los afectados pueden padecer de artritis en las articulaciones o aftas en la boca.

Enfermedad de Crohn
El nombre de Crohn proviene del médico americano que describió la enfermedad por primera vez y, por lo tanto, es considerado su descubridor. En términos técnicos, esta enfermedad es una inflamación de la mucosa del tracto gastrointestinal.

La mucosa de la boca, del esófago, del estómago y del intestino tiene funciones importantes e irremplazables para la digestión. El deterioro de sus funciones es grave, y el problema se agrava cuanto mayor es la sección de mucosa inflamada.

Colitis ulcerosa
Mientras que la enfermedad de Crohn provoca inflamación en todo el tracto gastrointestinal, la colitis ulcerosa afecta solamente al intestino grueso, en concreto al segmento denominado colon (la terminación "itis" significa inflamación de ese tracto).

En los casos leves, solamente se ve inflamada la parte superior de la mucosa, la mucosa misma o la mucosa subyacente. En etapas avanzadas y graves de la enfermedad, la inflamación afecta a las capas profundas de la piel.

Esta afección profunda se llama úlcera y debido a que este estadio se caracteriza por su presencia, el nombre de la enfermedad recibe el apellido de ulcerosa.

La colitis es grave cuando la mucosa del intestino está tan afectada que ya no realiza su función de espesar las heces.

Causa y factores de riesgo
Las causas de estas dos enfermedades se desconocen. Muchas referencias apuntan a una enfermedad autoinmune clásica, por otro lado, las infecciones bacterianas también pueden favorecer la enfermedad. También es probable que juegue un rol la genética: tanto la enfermedad de Crohn como la colitis ulcerosa se producen en ciertas familias con más frecuencia, con lo que posiblemente se transmiten de generación en generación.

Inicio inofensivo, consecuencias mayores
Al principio de la enfermedad, tanto los afectados como los médicos creen que se trata de un malestar gastrointestinal inofensivo. A primera vista, los síntomas no se suelen diferenciar de una intoxicación alimentaria leve o una infección intestinal, y la mayoría de ellos disminuye rápidamente.
Pero en la inflamación intestinal crónica se suelen alternar capítulos de dolor agudo con periodos asintomáticos.

A veces, los intervalos asintomáticos persisten durante meses o (raramente) incluso años, y de repente la inflamación intestinal vuelve con vehemencia. Sin tratamiento, las recaídas durante el curso de la enfermedad se producen con más frecuencia, o los periodos asintomáticos desaparecen por completo, con lo cual el tratamiento se hace cada vez más difícil.

Los afectados pierden mucha sangre y sufren, cada vez más, desnutrición. Los pacientes están tan debilitados que son susceptibles a otras enfermedades. Y además, a menudo hay complicaciones, como la formación de fístulas en la vagina o la vejiga. Cuando se sanan las heridas se produce una cicatriz, con lo que el volumen intestinal se vuelve más y más pequeño. Los abscesos ocurren una y otra vez, y es especialmente grave el aumento del riesgo de cáncer de colon.

Atentos a la dieta
Todos los asuntos relacionados con el aparato digestivo y loa digestión están estrechamente vinculados a la dieta. Aunque en las enfermedades inflamatorias del tracto digestivo, la dieta es un método menos eficaz que otros tratamientos, puede aliviar la sintomatología.

Hasta hoy no se ha descrito una dieta específica, pero los alimentos flatulentos producen daño a los afectados de manera significativa y, por lo tanto, deben evitarse.

La fibra, que es muy recomendable en general, se debe disminuir en las personas que padecen estas enfermedades. Más compatibles son, por ejemplo, las verduras al vapor, el puré de verduras suaves, las sopas de verduras, el pan blanco, el pescado hervido o el pollo también hervido.

Hay que evitar también las ensaladas o la fruta dura. Y por supuesto no se recomiendan los alimentos laxantes, como los jugos de frutas o los higos, el chucrut o las semillas de lino.

En las fases agudas de diarrea el cuerpo pierde mucha agua, que se compensa mejor con té o agua mineral.

El deporte también es útil
Hoy se sabe que el ejercicio estimula el sistema inmunológico de una forma natural. Por lo tanto, se han realizado estudios con pacientes con el fin de investigar la influencia del deporte en el curso de la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, con un claro resultado: efectivamente, los deportes de resistencia suave tienen un efecto positivo. Los participantes del estudio tenían menos probabilidades de recaída y periodos más largos de tiempo sin molestias.

Pero este método precisa tiempo. El ejercicio debe realizarse dos veces por semana al menos durante 90 minutos por un periodo de seis meses, hasta que se produzca una notable mejoría.


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