El ardor o quemazón que asciende desde el estómago hacia la garganta, también llamada pirosis, es el principal síntoma del reflujo gastroesofágico (RGE).
Existe un músculo que funciona a modo de válvula entre el esófago y el estómago denominado "esfínter esofágico inferior" que no funciona correctamente, porque se relaja más veces de lo normal o porque la válvula está debilitada y cuando pasa el alimento y el estómago empieza a soltar sus jugos, éstos regresan al esófago lo que provoca los ardores.
Esta suele ser una de las principales causas, pero también puede ser debido a una alteración anatómica como la hernia de hiato. En este caso, lo que ocurre es que los tejidos del estómago debilitados se van ensanchando y el estómago sube hacia arriba.
La enfermedad por reflujo esofágico (ERGE) puede afectar a personas de todas las edades, incluso a niños, pero la mayoría de los casos se da en persona adultas alrededor de los cuarenta años o más. No hace ninguna discriminación por sexo pero es en los hombres donde se dan más complicaciones y existen los diagnósticos más graves.
Es muy común durante el embarazo, alrededor de un 70% de las mujeres embarazadas presentan reflujo durante el embarazo, los síntomas pueden comenzar en el segundo trimestre del embarazo, pero su incidencia es mayor en el tercero.
Esto ocurre principalmente porque el incremento de la progesterona hace que se relaje el esfínter esofágico inferior y que el aumento del tamaño del útero presione más el abdomen. Los ardores normalmente desaparecen después del parto.
Existen una serie de factores que favorecen la aparición de RGE:
- El exceso de peso.
- El alcohol.
- El tabaco.
- Las comidas abundantes y grasas.
- Tumbarse después de haber ingerido alimentos.
- El embarazo.
Por todo ello, uno de los consejos principales para evitar el RGE, es prevenir el sobrepeso, para evitar la presión que ejercería el abdomen y seguir una dieta baja en grasa.
También es importante evitar el consumo de ciertos alimentos y sustancias que relajan este esfínter, como son: el chocolate, el café, el té, el alcohol y el tabaco, sobre todo. Y como suele presentarse en multitud de ocasiones durante el descanso nocturno, debido a la posición, es recomendable elevar el cabecero de la cama unos 12 cm.
Aunque en general es una enfermedad benigna, su carácter crónico hace que la calidad de vida de las personas que la padecen sea muy mala.
En muchos casos, siguiendo unas pautas dietéticas adecuadas se soluciona el problema. En otros casos, habrá que seguir además un tratamiento farmacológico, pero sea como sea, si se toman las medidas adecuadas los síntomas mejoran espectacularmente.
Los principales cambios que hay que realizar para prevenir o aliviar el RGE tienen que ver con modificaciones en el estilo de vida y en los hábitos dietéticos.
Hábitos recomendados
- Evitar el sobrepeso porque aumenta el reflujo, debido a la presión del abdomen. Mantener un índice de masa corporal entre 20 y 25, es decir, mantener un peso saludable.
- Realizar un ejercicio moderado, por ejemplo, caminar diariamente.
- Evitar el tabaco o dejar de fumar, porque el tabaco relaja el esfínter esofágico y puede favorecer la aparición de úlceras.
- No es aconsejable agacharse y levantarse frecuentemente, sobre todo después de las comidas.
- Evitar la posición de tumbados o recostados, especialmente después de las comidas y acostarse 2 o 3 horas después de haber ingerido alimentos.
- Dormir con la cabecera de la cama elevada unos 10 o 15 cm. La idea es que esa posición mantenga el alimento y los jugos gástricos en el estómago.
- Evitar la ropa ajustada, las fajas, cinturones, etc., porque oprimen el estómago.
Recomendaciones dietéticas
- Seguir una dieta saludable y equilibrada. Es importante tener en cuenta la tolerancia individual para hacer una dieta variada.
- Evitar las comidas muy abundantes, es mejor hacer más comidas ligeras, de poco volumen. Realizar 5 o 6 comidas al día.
- Comer despacio y masticando bien los alimentos.
- Evitar los alimentos y bebidas que relajan y disminuyen la fuerza del esfínter esofágico como: alcohol, menta piperita, chocolate, ajo, cebolla, mantequilla, nata, leche entera, aceite, margarina, carnes grasas y fritos.
- Evitar los alimentos o bebidas que irritan o lesionan el esófago: los cítricos (naranja, limón, etc.) tomate, uva, café, pimentón, cayena, los alimentos muy fríos o muy calientes, los alimentos picantes o muy condimentados.
- Evitar los caramelos y chicles porque se traga mucho aire lo que aumenta el reflujo.
- Evitar las bebidas carbonatadas y en todo caso si se consumen hacerlo fuera de las comidas. En general, es preferible consumir las bebidas y los líquidos fuera de las comidas para que no aumente demasiado el volumen del estómago.
- Evitar los alimentos que aumentan la secreción ácida como el alcohol y en particular la cerveza.
- Evitar los alimentos muy dulces.
Alimentos recomendados
- Lácteos: los menos grasos, leche desnatada o semidesnatada, yogur desnatado, queso fresco, etc.
- Vegetales: todos menos el tomate y el pimiento. Para neutralizar la acidez, son vegetales especialmente recomendables la zanahoria y la patata.
- Frutas: maduras, no ácidas, asadas o en compota.
- Cereales: todos. El arroz ayuda a desinflamar la mucosa digestiva.
- Legumbres: todas, cocinadas con vegetales.
- Carnes: bajas en grasas (pollo sin piel, pavo, conejo…)
- Pescados: todos.
- Huevos: cocinados sin aceite o con muy poco.
- Aceites: de oliva, en pequeñas cantidades.
- Bebidas: agua, infusiones (regaliz, manzanilla, tila, melisa, espino albar), caldos desgrasados. Mejor fuera de las comidas.
- Lácteos: lácteos enteros, quesos fuertes o muy grasos, postres con nata, leche condensada, etc.
- Vegetales: el tomate y el pimiento.
- Frutas: naranja, piña, limón, kiwi y mandarina. Fruta poco madura, muy ácida, en almíbar o desecada.
- Cereales: el pan poco y recién horneado (tipo baguette).
- Carnes y pescados: cordero, embutidos, aves con piel, pescado en escabeche y en salazón.
- Azúcares y dulces: chocolate, miel, postres muy dulces, productos de pastelería y bollería.
- Bebidas: alcohol, infusión de menta, café, descafeinado, tés fuertes, refrescos con gas, refrescos azucarados o muy ácidos.
- Otros: alimentos precocinados por estar muy condimentados.