La valeriana actúa como un agente sedante, relajando el sistema nervioso y el cerebro. Al contrario que sucede con otros tranquilizantes, esta planta no agota ni debilita a quienes la consumen, por lo que se suele recomendar su toma principalmente a personas que tengan problemas para conciliar el sueño.
También se recomienda para aquellas afecciones relacionadas con el estrés y la ansiedad que cursan con otras reacciones tales como la histeria, dolores de cabeza y migrañas, dolores estomacales o hipocondría.
Del mismo modo, alivia los síntomas de angustia, emotividad o tristeza, así como el nerviosismo. A la vez que ayuda a estabilizar el ritmo cardíaco, por lo que su ingesta puede estar recomendada para aquellas personas que padecen arritmias.
Usos médicos de la valeriana
Además de sus reconocidas propiedades como calmante y sedante, la valeriana puede ser utilizada para tratar otra serie de afecciones tales como:
- Dolores musculares y de articulaciones.
- Temblores leves.
- Síndrome de fatiga crónica.
- Depresión.
- Trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
- Síntomas de los cólicos menstruales o los asociados con la menopausia como, por ejemplo, los sofocos o la ansiedad.
Otra de sus propiedades, quizá menos conocida, es su capacidad antiinflamatoria.
Gracias a ella, la valeriana también es utilizada para el tratamiento de enfermedades como:
- Diverticulitis (inflamación de los divertículos que se produce en el colon).
- Enfermedad de Crohn (inflamación crónica del intestino).
- Intolerancia al gluten o celiaquía.
En último lugar, también está recomendada para aquellas personas que están dejando de fumar o que están siendo tratadas por alcoholismo, ya que evita la ansiedad y el nerviosismo que conlleva dejar estos hábitos, al mismo tiempo que produce un sabor desagradable al mezclarse con el tabaco.
Contraindicaciones de la valeriana
Bajo ningún concepto es recomendable mezclar valeriana y alcohol ya que dicha combinación intensifica el efecto de somnolencia que genera la valeriana. Del mismo modo, no debe combinarse con medicamentos sedantes tales como depresores del sistema nervioso central o benzodiazepinas, ya que ambas combinaciones también pueden incrementar en gran medida los efectos de somnolencia producidos por la valeriana.
En la misma línea de lo expuesto anteriormente, no debe combinarse con otras hierbas o suplementos que posean propiedades sedantes como, por ejemplo, el cálamo, la amapola californiana, la hierba gatera, el lúpulo, la melatonina o la salvia.
Tampoco está recomendada su ingesta durante el embarazo, la lactancia ni en los niños menores de 3 años.
Respecto a su uso externo, no debe aplicarse el aceite esencial de valeriana en niños menores de 10 años ni en personas que padezcan alergias respiratorias.
La valeriana también disminuye la rapidez con la que el hígado descompone algunos medicamentos. Por tanto, si se mezclan con esta planta, esto podría aumentar los efectos secundarios de dichos fármacos.
Nuestro consejo es que, si vas a tomar valeriana y al mismo tiempo estás tomando otra medicación, preguntes a tu médico o a tu farmacéutico si dichas medicinas son sintetizadas a través del hígado o no.
En cualquier caso, no debe administrarse nunca de forma continuada durante más de diez días seguidos, ya que puede producir adicción, y es recomendable dejar un período de descanso entre tomas de, aproximadamente, 15 a 20 días.